Al inicio del 2020, Ripio, una de las casas de cambios más grandes de Argentina, tenía alrededor de 400.000 usuarios. Está terminando este 2020 con más de 1 millón.
El director de marca de Ripio, Juan Mendez, dijo a CoinDesk que cerca del 70% de los usuarios de Ripio son de Argentina y el resto se concentra en Brasil. De acuerdo a Mendez, la plataforma ha presentado un aumento de hasta 10 veces en su volumen de intercambio, en comparación con el año pasado.
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“He estado con la casa de cambio desde sus inicios y nunca he visto este nivel de crecimiento. Este es mucho mayor que el pico del 2017, tanto operaciones como en la demanda,” dijo Mendez.
Los problemas económicos de Argentina van desde enormes obligaciones de deuda hasta una alta inflación, agravada por la pandemia del COVID-19. Estos han obligado a su población a buscar nuevas alternativas para resguardar sus riquezas este año. Pero, como el gobierno ha limitado la compra de dólares norteamericanos a sus ciudadanos, las criptomonedas, rápidamente, han demostrado ser la mejor alternativa.
Además de Ripio, las casas de cambio de criptomonedas operando en Argentina han presentado récords de crecimiento en este 2020. Con algunas experimentando máximos históricos en volúmenes de intercambios en la última mitad del año.
La casa de cambio mexicana Bitso, quienes expandieron sus operaciones a Argentina en febrero de este año, han obtenido un 68% de incremento en sus volúmenes de comercio en el tercer trimestre, en comparación con el segundo de este 2020. La instalación de Bitso en Argentina también ayudó a que la plataforma alcanzara el millón de usuarios, al inicio de este año.
La plataforma de intercambios entre pares (P2P, por sus siglas en inglés) LocalBitcoins también presenció un incremento del 547% en sus volúmenes de intercambio entre agosto del 2019 y del 2020, con un máximo histórico de más de un millón de dólares en bitcoin intercambiados en la segunda semana de agosto de este año. Otra plataforma P2P, Paxful, mostraba casi cero volumen de intercambio en los últimos cinco años, pero el comercio empezó a crecer este año, registrando un aumento del 60.641% al compararse desde septiembre del 2019 hasta el 2020.
El crecimiento sin precedentes del comercio de criptomonedas en Argentina se refleja como una tendencia regional más amplia, ya que LocalBitcoins y Paxful también registraron máximos históricos en varios países de América del Sur, incluidos Chile, Colombia y Bolivia. Los negocios en la región están con gran impulso. Una muestra, es que este miércoles CoinDesk reportó que Bitso recaudó la asombrosa cifra de $62 millones para financiar su expansión en Brasil.
El aumento en el uso de las criptomonedas se está generando a pesar de un contexto de devastadoras consecuencias económicas producidas por la pandemia del COVID-19. Incluso, el Banco Mundial ha declarado a América Latina y el Caribe como la región más golpeada en el mundo.
En cambio que el uso de criptomonedas se inhibiera, la combinación del aumento del precio de bitcoin, las economías inflacionarias creadas desesperadamente por los países para intentar mitigar los efectos de la pandemia y la necesidad de medios de pagos digitales más rápidos (particularmente para remesas transfronterizas) han impulsado la adopción en América del Sur este año.
Dentro de este panorama, Argentina destaca.
Comparado con economías hiperinflacionarias como Venezuela – se proyecta que para este 2020 su economía se va reducir un 6,8% – Argentina parece que enfrentará un peor desgaste, gracias en parte a una larga y complicada historia económica. En mayo, el gobierno falló el pago de $503 millones en intereses, de un bono en dólares emitidos bajo la ley de New York, colocando al país en su noveno default de deuda soberana en su historia.
El producto interno bruto (PIB) se estima que se contraerá un 12% este año, con cerca de más de la mitad de la población viviendo en pobreza.
“Las criptomonedas son, en cierta manera, aliados para los individuos, principalmente en países con un alto grado de incertidumbre política o económica,” comentó Andrés Ondarra, Gerente de Bitso Argentina, para Coindesk por correo electrónico.
Como los argentinos, nerviosos ante el deterioro de la economía de sus país, comenzaron a aumentar sus compras de dólares norteamericanos para resguardar su riqueza, las reservas del país se reducían, forzando al gobierno a devaluar su moneda y agregar restricciones de cuanto en divisas los ciudadanos tienen permitido resguardar.
En un intento para resguardar las reducidas reservas, en septiembre el banco central de Argentina limitó la cantidad de dólares norteamericanos que sus ciudadanos pueden comprar a $200 mensuales, con un impuesto del 35%.
Esto generó más problemas: después de unas difíciles negociaciones con los acreedores, el gobierno logró manejar exitosamente la restructuración de $65 mil millones de deuda externa este agosto pasado, pero debido a las preocupaciones de los inversionistas sobre las restricciones en el mercado de divisas, los nuevos bonos internacionales recién emitidos cayeron abruptamente durante septiembre y las personas siguieron comprando dólares a pesar del impuesto.
Cada vez que el peso es devaluado, las personas luchan para conseguir una manera de proteger el valor de sus salarios, agrega Mendez. Además de esto, a inicios de diciembre, el senado de Argentina aprobó un impuesto único sobre el patrimonio a los millonarios del país, para ayudar a financiar los esfuerzos de ayudas económicas ante la pandemia.
Ondarra declaró que Argentina es un mercado de criptomonedas peculiar, ya que sus usuarios siempre están la búsqueda de acceder a reservas de valor y diversas soluciones financieras.
“Los argentinos siempre están tratando de encontrar una moneda más fuerte,” dijo Mendez.
De acuerdo a Mendez, existe una diferencia fundamental entre los usuarios de criptomonedas en Argentina y los de Brasil, donde también opera Ripio. Las dos naciones están separadas por las fallas económicas sistémicas de Argentina a lo largo de los años, explicó.
“Argentina ha tenido que superar muchos desastres económicos a lo largo de los años. Estamos bastante acostumbrados a que fracasen los gobiernos y la planificación económica estratégica, y estamos más dispuestos a probar cosas diferentes para mantener el país a flote” afirmó Mendez.
Por ejemplo, el gobierno usualmente anuncia nuevas restricciones financieras a horas de la tarde del fin de semana (con la intención de que sean implementadas el lunes siguiente), dice Mendez.
“Entonces, durante el fin de semana y el resto de esa semana, nosotros siempre esperamos una gran demanda de criptomonedas,” de acuerdo a Mendez.
Los argentinos ven las criptomonedas como una gran alternativa para el resguardo de valor, aunque su plataforma alerta a sus usuarios que las monedas como bitcoin son activos digitales volátiles, según Mendez.
Tanto Ondarra como Mendez están de acuerdo que la fuerte curiosidad de los argentinos sobre alternativas de reservas de valor y el aumento del conocimiento sobre criptomonedas han ayudado al crecimiento del espacio crypto local.
Pero Ondarra también atribuye el rápido crecimiento, en este año, al reciente aumento del precio.
“Un factor importante que explica el incremento en el volumen durante los últimos meses ha sido la tendencia alcista en el precio de bitcoin. Lo que indudablemente ha mantenido la atención de las personas en los movimientos del precio y ha promovido un mayor volumen de comercio,” declaró Ondarra.
Él explica que los inversionistas de Argentina están mirando de cerca los movimientos de grandes inversionistas como MicroStrategy, quienes pasaron cerca de $500 millones de inversiones en efectivo a BTC.
Este año, Argentina se posicionó en el puesto 28 entre 154 países en el índice de adopción de criptomonedas de Chainalysis, con otros países de América Latina como Venezuela, Colombia, Brasil y Perú que se posicionan delante de Argentina, como muestra del continuo crecimiento de la adopción a un paso veloz en la región.
“Está prosperando. La atención de todos se encuentra en América Latina. Y está creciendo rápido,” dijo Méndez.
Traducido por José Rafael Peña Gholam.