Ethereum, la criptomoneda con la segunda capitalización más grande del mercado, tocó un nuevo máximo histórico al alcanzar los USD 1.439,33 el 25 de enero. Es la primera vez que este activo digital supera el techo de los USD 1.400 desde el 13 de enero de 2018, y sus retornos acumulan un 76% en lo que va del año, 19 veces más que los de Bitcoin en 2021. A pesar de haber experimentado una corrección transitoria, sigue siendo uno de los activos de mayor rendimiento entre los 10 principales.
Aunque no han habido factores evidentes que se puedan considerar fundamentales para impulsar la subida a un nuevo máximo histórico, Ether había estado a punto de superar su precio récord durante más de dos semanas, después de escalar hasta USD 1.350 el 10 de enero. El crecimiento exponencial del mercado de las finanzas descentralizadas, conocido en inglés como DeFi — cuyos protocolos, al día de la fecha, albergan criptoactivos por un valor de alrededor de USD 24.000 millones—, fue, probablemente, un factor que contribuyó al impulso alcista de este activo. Ahora, con Ethereum acercándose a un territorio inexplorado, todas las miradas estarán puestas en que la segunda criptomoneda más relevante del mercado alcance su próximo hito importante: la marca psicológica de los USD 2.000. Esta legendaria línea se encuentra a más de un 50% de distancia del precio actual (al cierre de esta edición), pero hay tres acontecimientos importantes programados para 2021 que podrían ayudar a que esto sea posible.
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La mayor plataforma de derivados financieros del mundo, la Bolsa Mercantil de Chicago —CME, por sus siglas en ingles—, anunció públicamente el 16 de diciembre sus planes de lanzar futuros en Ethereum hacia el 8 de febrero, si logra recibir la aprobación reglamentaria de la Comisión de Negociación de Futuros de Productos Básicos de Estados Unidos (CFTC, por sus siglas en inglés). Los derivados financieros son básicamente contratos comerciales que permiten a los inversores apostar por el precio futuro de un activo subyacente sin la necesidad de poseerlo.
Este nuevo producto financiero de liquidación en efectivo — lo cual significa que cualquier ganancia obtenida se pagará en dólares estadounidenses en lugar de Ether— llega tres años después de que la bolsa lanzara los futuros de bitcoin, que en la actualidad son el producto de futuros de bitcoin más negociado en el mundo y representan más del 20% de todos los contratos abiertos.
En definitiva, la llegada de los futuros de Ethereum aportará una mayor madurez al mercado de criptomonedas y, aunque los futuros no se distribuyen físicamente, una mayor liquidez. Esto es beneficioso porque brindará a los inversores institucionales, en especial, la oportunidad de cubrir posiciones al contado, lo cual reduce el riesgo en general y a su vez convierte a Ethereum en una inversión mucho más atractiva.
Cualquier acción llevada a cabo en las aplicaciones descentralizadas (dapps) o protocolos construidos sobre Ethereum es concebida como una transacción, la cual requiere una tarifa adjunta para incentivar a los mineros a procesarla. En la actualidad, estos valores se determinan mediante un sistema de subasta en el que los usuarios que asignan las tarifas más altas a sus transacciones son quienes logran que los mineros las procesen más rápidamente. Esta dinámica plantea una serie de inconvenientes, concretamente: tarifas imprevisibles y a menudo excesivas durante los periodos de mayor congestión. En la red esta aglomeración se genera cada vez que hay un pico de actividad comercial, como cuando el precio de Ethereum cambia bruscamente y miles de operadores quieren entrar o salir del mercado al mismo tiempo.
EIP 1559 es una propuesta de mejora de Ethereum presentada por el cofundador del proyecto Vitalik Buterin junto con los desarrolladores Eric Corner, Ian Norden, Rick Dudley y Matthew Slipper. Ésta pretende implementar cambios en la forma en que las tarifas de las transacciones de Ether son presentadas a los usuarios así como en la gestión de la oferta de Ethereum. EIP 1559 sugiere desechar el actual sistema de precios por subasta y sustituirlo por uno determinado algorítmicamente, llamado BASEFEE. Éste busca introducir una tarifa uniforme en todas las plataformas y servicios que funcionan sobre Ethereum, la cual aumente y disminuya en función de la actividad de la red. Tal cambio implicaría que dejaran de existir discrepancias de tarifas entre billeteras, protocolos y plataformas de intercambio (exchanges) compatibles con el token ERC-20.
Sin embargo, EIP incluye la opción para que los usuarios den una propina a los mineros si desean que sus transacciones sean procesadas más rápidamente. La segunda función del EIP 1559, y la que probablemente tendrá el mayor impacto en el precio futuro de Ethereum, es la introducción de la opción de retirar (burn) Ether. Retirar (NdT: o “quemar”, si se usa la traducción literal del término en inglés, burn) significa eliminar completamente la existencia de tokens, provocando una reducción de la oferta en circulación. EIP 1559 planea retirar el BASEFEE, de manera que la gran mayoría de Ether utilizado como forma de pago de las tarifas originadas en el procesamiento de transacciones sea destruida en lugar de ser dada a los validadores de la red.
El objetivo es que esto fomente la deflación constante del Ether, lo que a su vez debería ayudar a reforzar los precios con el paso del tiempo. Se prevé que el EIP se ponga en marcha en algún momento después del hard fork de Berlín, que podría ocurrir a partir de febrero.
Ethereum está en proceso de pasar de ser una blockchain basada en Proof-of-Work a una que opere bajo un mecanismo de consenso conocido como Proof-of-Stake, con el propósito de convertirse en una plataforma más rápida, eficiente y escalable. La actualización de Ethereum 2.0 consta de cuatro fases distintas —fase 0, fase 1, fase 1.5 y fase 2—, cada una de las cuales sienta las bases técnicas de la siguiente hasta llegar a completar la fase final. El 1 de diciembre de 2020 se puso en marcha la fase 0 y con ésta la implementación de la Cadena Beacon, una nueva capa de blockchain que coordinará la actividad entre las cadenas cortas (shard chains) de Ethereum (NdT: sharding es un método propuesto para dividir la infraestructura de Ethereum en piezas más pequeñas con el objetivo de escalar la plataforma para que soporte más usuarios).
La fase 1 es la siguiente en el desarrollo de Ethereum y supondrá el lanzamiento de 64 shard chains. Toda la actividad de transacciones en la red, eventualmente, se dividirá y procesará en estas blockchains separadas. Mediante este nuevo sistema los intercambios no tendrán que ser validados por toda la red sino por solo una shard chain, lo que reducirá en gran medida los tiempos y permitirá el manejo de volúmenes significativamente mayores sin que se genere el nivel de congestión que se da en la red actualmente.
Aunque no hay fecha confirmada para el lanzamiento de la fase 1, se espera que llegue en algún momento de este año.
Traducido por Andrés Engler.